El equipo fundador incluye a la profesora Rosalyn Moran, anterior subdirectora del King’s Institute for Artificial Intelligence; el profesor Karl Friston del Instituto de Neurología Queen Square de la UCL; y la Dra. Biswa Sengupta, anteriormente en JP Morgan Chase. Utilizan principios de neurociencia para mejorar el aprendizaje autónomo en la IA, permitiendo que sus algoritmos predigan continuamente y ajusten sus «modelos internos del mundo» basándose en datos en tiempo real.
La empresa está a la vanguardia de la IA «agéntica», un tipo de inteligencia artificial que, a diferencia de los grandes modelos de lenguaje, puede aprender de manera independiente y continua, ajustándose a nuevos entornos sin necesidad de reentrenamiento extensivo. Este enfoque permite a los modelos de Stanhope AI operar con una eficiencia energética significativamente mayor, haciéndolos ideales para dispositivos móviles como drones.
Este innovador enfoque, conocido como inferencia activa, se basa en la teoría de la energía libre formulada por el profesor Friston, que sugiere que el cerebro busca constantemente minimizar la incertidumbre y las sorpresas para operar de manera eficiente. Este principio se ha descrito como una de las ideas más revolucionarias desde la teoría de la selección natural, y es fundamental para el trabajo de Stanhope AI en cerrar la brecha entre la neurociencia y la inteligencia artificial.
La tecnología desarrollada por Stanhope AI está actualmente en fase de pruebas con drones de entrega y máquinas autónomas, con aplicaciones potenciales en la fabricación, la robótica industrial y la inteligencia artificial embebida. La inversión recaudada se destinará a la expansión del desarrollo de sus modelos de IA agente y la aplicación práctica de su investigación.